viernes, 26 de diciembre de 2008

Poema

EL EXPLORADOR REGRESA A PALACIO

Señor mío:
Ella hace visibles los hilos del amor.

Ella es hermosa y libre y dulce
y pronuncia palabras celestes
con las que desviste a la penumbra
y la convence de su error.

Ella se enreda con las fieras
y les habla de la piel de la tarde.

Señor mío, os lo ruego:
Si lo tiene,
no recuerdo su nombre,
pero
ella no debería morir nunca
ni tampoco sufrir ningún daño.


José María Gómez Valero

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