sábado, 20 de diciembre de 2008

Sarkozy is Babylon (4) (Terrorismo de ultraizquierda, la obsesión de la ministra Alliot-Marie)


(traducción libérrima, apropiacionista y sin necesariamente compartir todo lo que dice de un artículo de Guillaume Dasquié aparecido en Libération)

Desde que comenzó a ejercer su cargo en la primavera de 2007, Michelle Alliot-Marie [ministra francesa de Interior, Ultramar y Colectividades Territoriales], aka MAM, teme a un enemigo que ya no existe: el terrorismo de ultraizquierda. Sus esbirros se han aplicado a ofrecerle una realidad a posteriori gracias al 'caso Julian Coupat'. Un miembro importante de su gabinete confirma que "la ministra del Interior muy pronto hizo el siguiente análisis: la casi desaparición del Partido Comunista, los estados de ánimo del Partido Socialista y las debilidades de la LCR han abierto un espacio de contestación que ya no está bajo el marco de un partido democrático. En este contexto, los movimientos sociales pueden desarrollar su respuesta más allá de la retórica. Así, ella pidió a la DST (Direction de la Surveillance du Territoire, algo así como el FBI francés) que se pusiera a trabajar en este nuevo fenómeno". Todo queda dicho. La DST sólo puede investigar aquello que se encuadra dentro de sus competencias: la lucha contra los atentados a la seguridad nacional o la lucha contra el terrorismo. En el plano judicial esto se traduce en la apertura de dossiers en la Sección 14ª del Tribunal de París (la misma encargada de los acusados de Tarnac), única habilitada para tratar de terrorismo y atentados a la seguridad del Estado.

Opúsculo. En ese momento, mientras MAM lanza su idea, el aparato policial no ha leído L'insurrection qui vient, libro editado el 22 de marzo de 2007 cuya escritura es atribuida a Julien Coupat. Pero el criminólogo Alain Bauer, habitual confidente de Sarkozy, descubre que el opúsculo presenta según sus tesis "similitudes con los primeros discursos de las Brigadas Rojas". En julio de 2007 se encuentra con Frédéric Péchenard, jefe de la Dirección General de la Policía, y le remite "un ejemplar del libro acompañado de un breve memorándum en el que le anima a interesarse por el sujeto", según precisa. El jefe de la Policía se muestra rápidamente convencido y ordena un primer estudio a sus agentes. En el curso del mes de diciembre de 2007, su equipo le envía una nota sintetizando "las redes de la extrema izquierda en Francia y en Europa", confirmando la bien fundada teoría ministerial. Un mes más tarde, en Estados Unidos agentes de inmigración controlan a Julien Coupat y su compañera por un error en su documentación. En su coche, los funcionarios encuentran documentación sobre los centros de reclutamiento del ejército en Nueva York, objetivos recurrentes de los movimientos contra la guerra de Irak, de los anarquistas neoyorquinos o de los pacifistas. "Cuando el señor Coupat estuvo en Estados Unidos en las manifestaciones contra los centros de reclutamiento del ejército, esa información, transmitida por el FBI, ha sido inmediatamente tenida en cuenta por la DST, que comenzó a interesarse en ese tipo de movimientos", recuerda el alto responsable del gabinete de MAM.

De la nada. Consecuencia lógica: el 16 de abril de 2008, en París, se encarga una investigación preliminar a los servicios de lucha antiterrorista. Por parte estadounidense, se sospecha de elementos anarquistas por la colocación de un explosivo de baja potencia, el 6 de marzo, en una oficina de reclutamiento del ejército en Nueva York, pero el FBI no parece que se tome en serio la responsabilidad de Julien Coupat en el episodio. Los servicios de espionaje de la embajada francesa en Washington reconocen que "nunca hemos escuchado hablar de una cooperación judicial o de una comisión internacional para Julien Coupat". No importa. El incidente en la frontera canadiense ya basta para contentar la voluntad de incluir a Coupat en esta nueva categoría de terroristas, creada de la nada.

Para facilitar esta evolución, MAM se ha dotado de servicios secretos a medida. El decreto de 27 de junio de 2008 amplía las competencias de la nueva Dirección Central de Seguridad Interior (DCRI, en sus siglas en francés), que sucede a la DST. Al margen de las tradicionales misiones de contraespionaje o de lucha contra el terrorismo islamista, el texto prevé que la DCRI "participe igualmente en la vigilancia de individuos, grupos, organizaciones, y en el análisis de los fenómenos sociales, susceptibles, por su carácter radical, su inspiración o sus modos de actuación, de poder atentar contra la seguridad nacional". Un arma de amplio espectro.


(visiten la página de apoyo a los detenidos el 11 de noviembre, próximamente nuevas traducciones)

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