domingo, 11 de julio de 2010

No se vayan todavía

Novedades fresquitas. Desde su refugio madrileño el más que amigo Lolo Ortega vuelve a la carga. Ahora se ocupará de las cosas serias. Lo pueden encontrar aquí: cosasserias.wordpress.com
Y sobre la crisis que nos ocupa, más análisis, más datos. Lean, lean:
"Diez familias históricas y cerca de una veintena de empresarios adinerados tienen bajo su mando a 19 de las 35 mayores empresas cotizadas en España. Y ello va en aumento, porque en sólo un año se han hecho con el poder de cuatro nuevas compañías.
En el Estado español una diminuta élite de 400 personas (el 0,0035% de la población) controla recursos que equivalen al 80% del PIB nacional, más de 800.000 millones de euros. No obstante, en los últimos años se han reducido los impuestos a las empresas, a las rentas más altas (disminuyendo el tipo máximo del IRPF del 56 al 43%)."
El artículo completo aquí: http://www.attac.es/todo-esto-es-un-escandalo-que-las-sociedades-estan-permitiendo-y-que-esta-fuera-de-todo-control/

Porque no nos gusta esta bandera

Porque no nos gusta esta bandera


(Banda sonora: Himno de Riego)





“Los campanarios de la catedral [de Cuzco, Perú], derribados por el terremoto de 1950, habían sido reconstruidos por cuenta del gobierno del general Franco y en prueba de gratitud se ordenó a la banda ejecutar el himno español. Sonaron los primeros acordes y se vio el bonete rojo del obispo encarnarse más aún mientras sus brazos se movían como los de una marioneta: “Paren, paren, hay un error”, decía, mientras se oía la indignada voz de un gaita: “Dos años trabajando, ¡para esto!”. La banda -no sé si bien o mal intencionada-, había iniciado la ejecución del himno republicano.” Diarios de una motocicleta, Ernesto Ché Guevara.


Tomo prestados título y algunas ideas base de un artículo aparecido en la página insurgente.org. Durante recientes viajes a tierras de más allá de los Pirineos, gentes que sin duda pretendían hacerme sentir cómodo, comprendido y acompañado insistían en diversos actos más o menos institucionales en situarme junto a banderas de España y fotografiarme junto a la enseña nacional. Ya de vuelta en la península, la proliferación de simbología patria al hilo del Mundial de Fútbol y el contacto con extranjeros que se identifican con cierto entusiasmo con el rojo y amarillo me han vuelto a producir esa sensación de extrañamiento frente a los símbolos nacionales presuntamente propios. En ambos casos me han requerido una explicación ante mi escaso entusiasmo, y en las más de las ocasiones abierto rechazo, ante esa bandera, himno, selección deportiva... A modo de lista de la compra, ahí van algunas razones:

-Aunque la bandera bicolor actual es anterior al régimen franquista, los golpistas de 1936 que instauraron el fascismo posterior del que aún padecemos los efectos la adoptaron como propia y fue instrumento predilecto de la propaganda nacionalcatólica y del más represor 'españolismo' centralista.
-El cambio de escudo no fue suficiente para lavar la imagen de un símbolo excesivamente marcado por la muerte como para aceptarlo como propio. ¿Imaginan una mutación de la esvástica como actual bandera alemana?
-Independentismos aparte, la actual bandera viene siendo utilizada desde la mal llamada Transición hasta el presente como objeto de lucha política en el bando de quienes en la península solo ven “una, grande” -el tercer adjetivo mejor nos lo ahorramos-, no necesariamente a la manera franquista pero sí con una clara óptica centralista que pretende reducir a la condición de 'folklore' cualquier manifestación de otras posibles nacionalidades/identidades.
-La visión de la España de charanga y pandereta tan explotada por el franquismo y continuada ahora en las campañas internacionales de promoción turística, siempre con el rojo y el amarillo de la bandera como protagonistas, perpetúa esa idea de España como patio de recreo de las clases medias europeas, un país de camareros sin más interés que sobrevivir de las propinas que dejan nuestros condescendientes visitantes.

Y se acabó, que dentro de poco empieza el fútbol.

(publicado en ecijaldia)