(Banda sonora: 'It takes a nation of millions to hold us back', Public Enemy, abril 1988)
Y sí, a la guerra civil, porque todas las guerras lo son. Incluida esta permanente que padecemos. Esta guerra de la representación y el espectáculo, como ya nos enseñó aquel punki de Debord allá por ¡1967! Esta guerra contra los afectos, contra las palabras, contra nosotros, la guerra del individuo, del electrodo, de los yogures caducados, de la imposible apropiación de la vida.
Y sí, sufrimos una guerra que nos impide -casi- nacer, que nos prescribe el camino desde la primera hostia del médico, desde los tubos de luz fluorescente de los pasillos de los hospitales, desde la burocracia gris del registro, los bancos de las escuelas y sus rejas en las ventanas, el surrealismo indecente del trabajo asalariado, la mentira hipotecada y pedigüeña de la pensión, el odio inducido a todo lo ajeno. Pero la única salvación viene de fuera, de lo otro. Y los que permanecen despiertos en medio del sueño injusto de lo establecido son la pesadilla de los durmientes. Por eso van a por nosotros.
Y sí, el título de esta columna-panfleto no es original. Tomado y reapropiado está de unos escritos que aparecieron primero en francés y hace aproximadamente un año fueron traducidos y vertidos al castellano por la imprescindible editorial Melusina. Busquen, busquen en ese gran vertedero del espectáculo que llamamos internet. Como en todos los vertederos hallarán fogonazos, destellos, llamamientos, tesoros heroicos en este tiempo en el que nos cuentan que no hay lugar para los héroes.
Y sí, es una guerra que no ha hecho más que empezar. Una guerra sin pasado ni futuro, porque aquello que ha de resultar ha de ser necesaria y radicalmente 'otro' y 'nuevo'. Las palabras, los sentimientos, los lugares y las geografías, la libertad, todo aquello que hemos de habitar está por inventar, descubrir, construir.
Y sí, somos el enemigo invisible de esta guerra. Entre la desolación circundante, entre la podredumbre de una ilusión de civilización esclava que se desvanece, nos citamos en los bancos de los parques para conspirar, nos amamos en las orillas de los ríos para destruir la inercia, encontramos usos fecundos para los viejos rituales de la dominación. Ponemos el mundo patas abajo.
Y sí, hay una guerra (civil). También contra ti.
(Pablo Terradillos para ecijaldia.com, foto AP)
El libro "Wet floor", de Beatriz Aragón, en el diario El País
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El libro "*Wet floor*", de *Beatriz Aragón*, en el diario *El País*: "*Literatura
con orgullo de clase trabajadora*".
Puedes leerlo también aquí.
Desde Madrid, a pequeña escala, de forma anónima y sin contacto con cualquier colectivo similar a nosotros hemos comenzado esto:
ResponderEliminarhttp://sirenik.wordpress.com/
Nos hacemos cargo de determinada lectura de Tiqqun. Y lo reelaboramos, considerándonos foco del llamado Comité Invisible. Re-elaborarlo está en proceso. No sabemos que saldrá de esto.
Quizá sea de tú/vuestro interés.
recordemos que somos los cualquier-enemigos de imperio. cultura de seguridad.
ResponderEliminarnosotrxs en centroamerica llevamos a cabo el proceso de polarización etica. por ahí aparecera la puesta en práctica escrita. nos encargamos principalmente de la difusión física. le recordamos compañerx(s) de sirenik que bajo Imperio, la contradicción pequeña escala/gran escala carece de valorización por su no-potencialidad.
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